Keeping a diary is normal for girls all across the worlds, but not many people know about how much whores like to write as well! There are always tons of thoughts racing though their heads relating to when they'll get the next big load dumped in their hole, or what lipstick they're going to wear tomorrow, and in Diary Of A Little Slut, you can experience first hand all of these skanky scenarios!
Dolly Princess siempre se ha preguntado por qué era tan guarra. No hubo nada importante en su vida que la hiciera ser así, sino que siempre ha sentido una conexión innata con la sexualidad y con correrse, por lo que tocarse a sí misma siempre ha sido y será una parte normal de la rutina de esta putilla.
A Dolly Princess y Kimberly no les preocupa ser castas o ser tachadas de conservadoras por la sociedad, porque tienen necesidades profundas que no pueden satisfacerse manteniendo las piernas juntas y tragándose todos esos impulsos. Tienen que dejarlo salir de una forma u otra, ¡así que un poco de sexo lésbico matutino siempre pone a estas lesbianas cachondas en un buen estado de ánimo para el resto de sus días!
Dolly Princess supo que era una zorra hace mucho tiempo, cuando acabó chupándosela a todos los tíos del sótano de la fraternidad universitaria en la que estaba. Ahora se despierta con sexo matutino con un tío diferente cada día, y lo mejor de todo es que se cubre de una gruesa capa de semen al final de una de esas sesiones.
Dolly Princess y Angie Hell no son el tipo de chicas que pasan mucho tiempo sin algo de excitación sexual, así que cuando se quedan solas con sus coños, no hay forma de que no saquen los strapons y se pongan a tope. ¿Cómo podían esperar sus novios que estuvieran tanto tiempo sin penetración durante esta época tan solitaria?
Dolly Princess tiene ese estilo punk que a los tíos moteros les encanta ver cuando salen a la calle, así que siempre está siendo recogida por tíos y utilizada durante la noche como una adorable muñeca humana para follar. Le encanta la atención y, sobre todo, todo el sexo caliente que consigue tener con tías buenas anónimas, y aunque puede que le hayan dicho su nombre por la noche, no hay forma de que lo recuerde ahora, ni siquiera le importa.
Dolly Princess y Papillon llevan liándose desde que se dieron cuenta de que ambos tenían tendencias homosexuales. Claro que se las han follado algunos de los chicos del colegio, pero por fin están preparadas para entregarse a un enfoque más íntimo de la sexualidad, completamente con condones vegetales y baños de vapor que acaban en apasionados cunnilingus.